Antonio Moreno Alfaro es un ingeniero industrial sevillano que
trabajó durante cuatro años en la filial española de la multinacional
suiza Landis & Gyr, primer fabricante mundial de contadores de la
luz, “de la que fue despedido en noviembre de 1994 mediante una denuncia
falsa, en represalia por haberse negado a participar en el grupo
clandestino Contact”. En 1991, dicho grupo estaba formado por directivos
de Landis & Gyr, Siemens, Schlumberger, AEG y Metrega y tenía como
objetivos suministrar al Ministerio de Industria precios de venta
falsos, repartirse consensuadamente el mercado e imponer a los distribuidores unos precios de venta que hacían antieconómica la compra del contador y obligaban al usuario a alquilarlo a la compañía eléctrica.
Antonio estuvo en una de aquellas reuniones. “En 1991, en Madrid fui a
una de aquellos encuentros. El grupo Contact asignaba a cada fabricante
una cuota de mercado, que se traducía en un número determinado de
contadores”. Tras venderlos, el fabricante debía subir los precios, para
que fuera otro el que vendiera. El grupo Contact se reunía
periódicamente, para analizar las ventas de cada fabricante y comprobar
que las cuotas de mercado asignadas eran respetadas. Landis & Gyr, según destaca este ingeniero, “engañaba al resto de los fabricantes, pues presentaba cifras de venta inferiores a las reales”.
Por María Serrano
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