Seis de cada diez españoles no saben inglés,
pero más de la mitad de las ofertas laborales dirigidas a los recién
licenciados lo exigen; porcentaje que se eleva al 100% si se aspira a un
puesto de alta dirección. La aldea global es así, e incluso más cruel,
porque la fórmula mágica
para no pertenecer a ese tanto por ciento de compatriotas que entra en
pánico ante la posibilidad de una conversación en inglés, sencillamente no existe. Lo dice el propio Richard Vaughan, fundador del centro de inglés que lleva su apellido, y del conocido método Vaughan. «Nada importante se aprende sin sacrificio. Pero ese esfuerzo puede apasionarte», sentencia Vaughan.
-Miéntame señor Vaughan. ¿Su método sí es mágico?
-No, no lo es. No estoy diciendo que sea imposible sino que
requiere tiempo. Hacerse con un dominio de situaciones de comunicación
en inglés exige esfuerzo. Estoy hablando de pasar de un nivel
insuficiente a un nivel suficiente, que significa que puedes ir a
Londres, a una reunión con un inglés, un escocés, dos sudafricanos y dos
americanos, y traerte el contrato para tu empresa. Mucha gente tiene
las puertas cerradas por no tener la agilidad en el uso del inglés.
Por Alejandro Carra
Foto Óscar del Pozo
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