06 abril 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 270

Carta nº 270       Diciembre 1903
“Mis ojos vertieron lágrimas, pero mi corazón ora por el eterno descanso de su alma”.

            Después de tanta celebración, después de tanta procesión, nos queda pararnos a pensar un poco que queda de todo lo vivido. Y ahora qué.  Algo así imagino que dirían los discípulos después de verlo de nuevo, resucitado, por la región de Galilea, por los mismos sitios donde compartieron camino unos meses antes. Y ahora qué es la expresión que imaginaba, pero puede ser que esté equivocado, ya que quizá ellos lo tenían muy claro: anunciar lo que hemos vivido, ser testigos de lo oído.

            La Resurrección de Jesús no es una procesión más. No es ser miembro de esa cofradía para desfilar tal día como ayer. La Resurrección es algo más. Es algo diferente porque afecta a la vida, no a la procesión esporádica, vivida y sentida durante un espacio de tiempo. Esa es la diferencia, eso es lo que diferenció a los que le siguieron allá por Jerusalén y es lo que nos debe diferenciar a los que le seguimos después de resucitar. Y creo que esa debe ser nuestra diferencia. Todavía me pregunto la diferencia de asistencia entre las procesiones y la Vigilia Pascual, es decir, a la misa de la noche de sábado donde se celebra lo más importante. ¿Habrá que dar caramelos en la Vigilia? ¿Habrá que sacar alguna imagen y llevarla sobre los hombros para descubrir que eso es lo importante?

            Como dice la M. Cándida, aunque sea en otro contexto, “mis ojos vertieron lágrimas” y ¿se quedaron en las lágrimas?

            Las lágrimas afectan a los ojos y se secan e incluso se curan, pero lo que el corazón vive y siente eso debe ser lo que nos lleve a que nuestra vida sea reflejo del que resucitó de entre los muertos y vive para siempre. Sonriamos, disfrutemos lo sencillo de la vida, saltemos de alegría por ser hijos de un Dios que vive entre nosotros

            Hagamos de la resurrección nuestra bandera, o por lo menos vivamos como si fuésemos herederos de esta noticia, vamos, testigos fieles de un Dios vivo.

            Feliz lunes de Pascua, feliz lunes de resurrección, feliz lunes.

Feliz anuncio de lo vivido

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