El 21 de marzo es el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha que,
desde 2012, cada año viene conmemorándose con mayor intensidad. Hoy, Vida Nueva ha querido sumarse a la iniciativa, haciéndolo desde el ámbito que le es más propio: la experiencia religiosa. Porque la
integración y normalización de la persona con síndrome de Down deben
contemplar el cultivo de la dimensión espiritual y religiosa, además de su participación activa en una comunidad de fe, si así es su deseo.
Cuatro chicos españoles con discapacidad hablaron el pasado 5 de febrero con el papa Francisco a través de videoconferencia,
junto a otros cuatro menores de diferentes países, en el marco del IV
Congreso Mundial de Scholas Occurrentes, que se celebraba durante esos
días en Roma. Alicia, una chica con síndrome de Down, madrileña de 16 años, comentando esta experiencia, afirmaba: “Es verle y quedarme embobada.
Cuando le miras, sientes una gran bondad en el corazón que no se te
quita”, tal y como recogieron al día siguiente los medios de
comunicación.
En estos dos años de pontificado,
el papa Francisco ha protagonizado numerosos encuentros con personas
con discapacidad intelectual, como el que inmortalizó en una bellísima
instantánea el fotógrafo del Vaticano: un chico con síndrome de Down en
silla de ruedas besando con devoción el pectoral de un papa que se abaja
para saludarlo con toda la ternura que solo un padre es capaz de
demostrar.
Por José Ramón Amor Pan
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