Uno de los momentos más emotivos del viaje del Papa Francisco a Nápoles,
en el sur de Italia, fue su encuentro con sacerdotes, religiosos y un
grupo de monjas contemplativas que con permiso especial salieron por
unas horas de siete conventos de clausura. Ni el Arzobispo de Nápoles pudo evitar celebrar la emoción de las
religiosas que espontáneamente rodearon al Papa, le entregaron regalos y
lo abrazaron. La anécdota fue recogida por diversos medios de prensa y
programas de televisión italianos.
Sin embargo, al presentar las imágenes en un programa de la cadena Rai,
la conductora de TV Luciana Littizzetto ofendió con un desatinado
comentario a las religiosas. Littizzetto dijo que “no se entiende si
abordaron al Papa porque nunca habían visto a un Papa o porque nunca
habían visto a un hombre”.
La broma ofendió a las religiosas del Monasterio de las Clarisas Capuchinas de Nápoles que poco después publicaron esta inesperada respuesta en su perfil de Facebook:
“lamentamos que la Sra. Littizzetto, (cuyo trabajo) hemos disfrutado en
otras ocasiones, haya pensado que las ‘reprimidas’ monjas de clausura
estuvieron esperando al Papa para abrazar a un hombre... probablemente
para hacer eso hubiéramos escogido otro lugar y otros hombres… si es que
lo hubiéramos querido… ¿no será momento, querida Luciana, de
actualizar su imaginario manzoniano de la vida de las monjas contemplativas?“
Por manzoniano, las religiosas aludieron a Alessando Manzoni, un novelista católico del siglo XIX, representante del Romanticismo.
La respuesta de las religiosas, que mantienen una presencia en Facebook
para comunicarse con personas interesadas en la vocación a la vida
contemplativa, se viralizó en las redes sociales y en pocas horas
cuadruplicaron el número de sus seguidores en su fanpage.
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