Son las 18:40 horas del 11 de
febrero de 2015, la tarde de Málaga se presenta fría y húmeda, como
viene siendo habitual en estos últimos días. La ola de frío se hace
notar en esta soleada ciudad que se deja contagiar de las bajas
temperaturas que rodean a gran parte de la Península Ibérica. En la
mediación de la calle Compañía [que debe su nombre a la Compañía de
Jesús], justo a las puertas de la iglesia del Sagrado Corazón, se
encuentran un grupo de alumnos de Gamarra. Allí, a escasos metros de la
puerta de la iglesia, en el centro Arrupe, han concertado una cita con
el jesuita José Mª Rodríguez Olaizola, al que se disponen a entrevistar.
Han oído hablar mucho de él, han leído libros, lo han escuchado en
diversos medios de comunicación, y ahora quieren ser ellos los que se
dirijan a él. Uno de ellos comenta la calidad del verbo de Olaizola, la
profundidad de sus palabras; otra chica argumenta que lo que más le
llama la atención de él es su lenguaje, tan cercano y sencillo, pero
lleno de contenido social, de argumentos.
El encuentro se produce en una de las habitaciones anexas al hall
de la casa, donde los tres alumnos comparten asiento con Olaizola,
donde al poco se suma otra alumna, que será la encargada de tomar
fotografías. Olaizola [en adelante, JM] no sabe de qué temas van a
hablarle, por lo que se espera cualquier cosa. Los alumnos, [en
adelante, AA] se dividen las preguntas en torno a tres temas: gestión
del tiempo, la Cuaresma y su última publicación, ‘Los forjadores de
historias’.
[AA]En estos tiempos de prisas, de estar ocupados con actividades a todas horas, de tanto estudiar… ¿cómo gestionar un tiempo de calidad, necesario, cuando "no tenemos tiempo"?
[JM]
Muy buena pregunta, bien, creo que priorizando, es decir, eligiendo. Yo
creo que el gran problema cuando mucha gente dice: “No tenemos
tiempo…”, en buena medida es que queremos hacer demasiadas cosas, no
tenemos tiempo para todo lo que tenemos que hacer, pero es que también
pienso que queremos hacerlo todo, y de alguna manera, hay que elegir; y
elegir es apostar por unas cosas y renunciar a otras. El gran problema
es que lo queremos todo, y como no queremos renunciar a nada, haces
encajes y más encajes hasta poder con todo, y eso al final se rompe por
algún sitio.
Por Alumnos del Colegio FI de Málaga
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