Existen 17 enfermedades en el mundo que hacen “miserables” las vidas de
más de 1.000 millones de personas. Es la expresión que usa Margaret
Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
para describir un grupo de dolencias generalmente olvidadas en los
países desarrollados. Para acabar con ellas, la OMS propone una serie de
medidas en su informe Invertir para superar el impacto global de las enfermedades tropicales desatendidas,
que ha publicado este 19 de febrero. La principal: más contribución
económica por parte de los gobiernos, tanto donantes como locales.
Exceptuando la donación de medicinas, las ayudas para luchar contra este
tipo de enfermedades fueron de 300 millones de dólares (263,7 millones
de euros) en 2014. Para alcanzar una cobertura universal en el año 2030,
la OMS estima que haría falta multiplicar por 10 esta inversión, si se
incluye el control de los vectores de estas dolencias. “Es poco probable
que un incremento de la ayuda de esta magnitud. El control de estas
enfermedades debe convertirse en una parte integral de los planes
nacionales de salud y de sus presupuestos si se pretende alcanzar esta
cobertura”, reza el documento, que concluye que si no hay movilización
de las inversiones locales, esta aspiración no se podrá conseguir.
Por Pablo Linde
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