20 febrero 2015

CLAMORES ACALLADOS

No soy especialmente animoso a celebrar los “días mundiales de”.  Se convierten, al menos la mayoría de ellos, en una liturgia vacía y hueca. Discursos, declaraciones, focalización acelerada en los medios de comunicación, participación de grupos de interés o afectados… y hasta el año próximo. Seguramente me estoy convirtiendo en un peligroso escéptico de los rituales sociales que nos convocan a la nada y nos invitan a permanecer inmóviles. Sin embargo, hoy es un día distinto. Hoy es el día de la justicia social. Y a pesar de mi ateísmo en los “días de” hoy es un día necesario  porque es ineludible que reconstruyamos nuestra esperanza en un mundo más humano y cálido. Hayek (teórico del liberalismo más radical y padre intelectual de muchos de los discursos actuales) decía que después de años de estudio llegaba a la conclusión de que "la expresión justicia social carecía de sentido”.  Yo después de contemplar la realidad, desde el evangelio, he llegado a la convicción de que el compromiso apasionado para construir un mundo desde la justicia social pertenece al mensaje central de la Buena Noticia de Dios. Por eso hoy es un día necesario.
Por Sebastián Mora
Secretario General de Cáritas Española
Foto de Francisco Campos sj

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