Iniciábamos el Año de la Vida Consagrada con confianza
, alegría
y
esperanza. Os comentaba
entonces
que era un acontecim
iento de gracia para
recordar con memoria agradecida el pasado reciente
,
vivir el presente con
pasión
,
abrazar
e
l futuro con esperanza,
dejarse mirar por el Señor
y orientar
la
vida desde Él
, envueltos por
su amor
.
Con esta inquietud e
s necesario apoyarse
en los criterios del Evangelio, en el carisma de vuestro Fundador o Fundadora,
bajo la guía del Espíritu y de la compañía de la Iglesia,
posibilitando que
los
carismas recuper
en
su libertad para descubrir la verdad
amorosa
de
vuestra
consagración.
Es bueno
recordar las palabras dirigidas al profeta Elías: “Sal y
ponte a la puerta de la cueva, porque va a pasar el Señor”
(cf. 1Re 19,12)
. No
posterguéis esta llamada y dejad que el Señor se siente a vuestro lado para
que
vea lo que estáis
realizando
y os invit
e a hacer el discernimiento oportuno
para
ser esos “amigos fuertes de Dios”
.
Por Julián Barrio, Arzobispo de Santiago
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