Reconozco haberme hecho esa pregunta alguna vez
presionada por las circunstancias: cuando entré en el noviciado en los
años 60 éramos 7.000 en mi Congregación y ahora estamos en 2.000.
Resulta inevitable hacer un cálculo elemental con su pregunta
correspondiente: si en 50 años somos 5.000 menos y se mantiene la misma
tendencia en un futuro próximo: ¿cómo gestionar esta disminución
alarmante al menos en países del Norte? ¿seguiremos existiendo dentro de
50 años?
Una vez enfrentado la pregunta, ya de por sí dura de formular en alto,
y después de reflexionar sobre ella con más gente, lo que voy a decir
no tiene nada de teórico y lo comparto por si puede ayudar a quienes
estén en situaciones parecidas o aún más graves.
Una escena bíblica me sirve de punto de partida: el rey Ezequías
cayó enfermo, el profeta Isaías fue a visitarle y le espetó en un
alarde de delicadeza pastoral: “-Haz testamento porque te vas a morir”. Ezequías entonces se volvió de cara a la pared y se puso a rezar y a llorar (Is 38,1-8).
Por Dolores Aleixandre
No hay comentarios:
Publicar un comentario