Carta nº 256 Diciembre
1902
“… a mayor gloria de Dios y bien de toda la Congregación”
Cuando
nuestro hacer y nuestro ser se pone al servicio de la mayor gloria de Dios, es
cuando, en unas fechas como hoy, en las que se acaba el año, se puede hacer un
balance de nuestra vida durante el 2014.
Cuando
a lo largo de los días se busca lo mejor para los demás, es cuando las cosas
empiezan a funcionar. Hace unos días me comentaba un amigo que el resumen del
mensaje de Jesús era: alegría y misericordia. Y así lo entiendo. Pero con esas
palabras no sólo se solucionan los asuntos cotidianos, ¿o sí?
La
vida pasa muy rápido y se nos escapan, a veces, los momentos más sencillos y
baratos, que probablemente nos darían mucha felicidad. Y se nos pasan porque no
sabemos disfrutar de estar parados, nos han metido en la cabeza que estar
parado, quieto, pensando, contemplando, es perder el tiempo. Y no es así.
Un
deseo: que vuestros sueños se cumplan. Y para ello, que nuestras manos se
pongan al servicio de la mayor gloria de Dios. Lo demás se lo dejo a Él.
¡¡¡¡¡Feliz año 2015!!!!!!!!
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