22 diciembre 2014

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 255

Carta nº 255      Diciembre 1902
“Recibí su carta, y me alegro mucho de que la fiesta de la  Purísima saliera tan lucida.”

            Es bueno celebrar las fiestas, es muy bueno celebrar las cosas de Dios y dar gracias por ello. Estamos entre la Inmaculada y la Navidad. Durante este tiempo hemos vivido el Adviento como hemos podido y ahora, tocamos con las manos la Nochebuena.

Además, hoy 22 de diciembre, es el día del sorteo de la lotería de Navidad, y hoy mucha gente saldrá a celebrar que su cuenta bancaria es un poco más grande. Espero que su corazón también lo sea con los que necesitan esa pequeña ayuda, incluso con los que ni siquiera se atreven a pedirla.

Y para más colmo de celebraciones, hoy hace 30 años de nuestro matrimonio. Hoy celebramos Manolita y un servidor, que hace 30 nos dijimos un “te quiero” delante de Dios y que tras este tiempo, seguimos diciéndole que sí. Y hemos sentido su presencia y su ayuda. Fue un sábado de 1984, a la 1 del mediodía.

Muchas alegrías juntas en este lunes, como las que tenía la M. Cándida en estas fechas, que no podía acudir a todos los sitios, que tenía que partirse entre nuevas fundaciones y asistir a las que quería visitar. Pero así la vida tiene sentido, así Dios actúa. Unas veces con calma y otras con frenética actividad. Pero siempre acompaña, en todos los momentos. El peligro es dejarle de lado cuando las cosas nos van tan bien que parece que no le necesitamos.

Y como el miércoles es Nochebuena os comparto una sugerencia:
Bendición de la cena de Nochebuena
Antes de empezar la cena familiar, cuando ya está todo preparado, cuando hemos conseguido ese momento donde estamos todos o casi todos en la mesa … alguien de la familia, puede ser el mayor en edad, enciende una vela como signo de que esa noche conmemoramos el nacimiento de Jesús, “nuestra luz”.

A continuación podemos bendecir la mesa de esta noche tan especial con la siguiente bendición familiar;  la puede hacer el menor (que sepa leer):

Bendice; Señor, nuestra mesa.
Por una noche al menos,
quisiéramos  que el mundo fuera una gran familia:
sin guerras, sin miseria, sin drogas, sin hambre, sin dolor, …
y con algo más de alegría de la buena y algo más de justicia.
Que al menos esta casa, Jesús,
acoja tu palabra de amor y de perdón


y siempre estés tú presente.
Consérvanos unidos.
Danos paz y trabajo durante todo el año.
Danos fuerza para ser personas justas, comprensivas,
entrañables, comprometidas por un mundo mejor.
Así habrá muchas “noches buenas” y “días buenos”.
Eres bienvenido, Señor, siempre a esta casa.
Y confiamos en que tú nos reúnas también un día
en tu casa para celebrar la eterna Navidad.
Amén


¡¡¡¡¡¡Feliz Nochebuena a todos!!!!

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