“Recibí su carta, y me alegro mucho de que la fiesta de la Purísima saliera tan lucida.”
Es
bueno celebrar las fiestas, es muy bueno celebrar las cosas de Dios y dar
gracias por ello. Estamos entre la Inmaculada y la Navidad. Durante este tiempo
hemos vivido el Adviento como hemos podido y ahora, tocamos con las manos la
Nochebuena.
Además, hoy 22
de diciembre, es el día del sorteo de la lotería de Navidad, y hoy mucha gente
saldrá a celebrar que su cuenta bancaria es un poco más grande. Espero que su
corazón también lo sea con los que necesitan esa pequeña ayuda, incluso con los
que ni siquiera se atreven a pedirla.
Y para más
colmo de celebraciones, hoy hace 30 años de nuestro matrimonio. Hoy celebramos
Manolita y un servidor, que hace 30 nos dijimos un “te quiero” delante de Dios
y que tras este tiempo, seguimos diciéndole que sí. Y hemos sentido su
presencia y su ayuda. Fue un sábado de 1984, a la 1 del mediodía.
Muchas
alegrías juntas en este lunes, como las que tenía la M. Cándida en estas
fechas, que no podía acudir a todos los sitios, que tenía que partirse entre
nuevas fundaciones y asistir a las que quería visitar. Pero así la vida tiene
sentido, así Dios actúa. Unas veces con calma y otras con frenética actividad.
Pero siempre acompaña, en todos los momentos. El peligro es dejarle de lado
cuando las cosas nos van tan bien que parece que no le necesitamos.
Bendición
de la cena de Nochebuena
Antes
de empezar la cena familiar, cuando ya está todo preparado, cuando hemos
conseguido ese momento donde estamos todos o casi todos en la mesa … alguien de
la familia, puede ser el mayor en edad, enciende una vela como signo de que esa
noche conmemoramos el nacimiento de Jesús, “nuestra luz”.
A
continuación podemos bendecir la mesa de esta noche tan especial con la
siguiente bendición familiar; la puede
hacer el menor (que sepa leer):
Bendice; Señor,
nuestra mesa.
Por una noche al
menos,
quisiéramos que el mundo fuera una gran familia:
sin guerras, sin
miseria, sin drogas, sin hambre, sin dolor, …
y con algo más de
alegría de la buena y algo más de justicia.
Que al menos esta
casa, Jesús,
acoja tu palabra de
amor y de perdón
y siempre estés tú
presente.
Consérvanos unidos.
Danos paz y trabajo
durante todo el año.
Danos fuerza para ser
personas justas, comprensivas,
entrañables,
comprometidas por un mundo mejor.
Así habrá muchas
“noches buenas” y “días buenos”.
Eres bienvenido,
Señor, siempre a esta casa.
Y confiamos en que tú
nos reúnas también un día
en tu casa para
celebrar la eterna Navidad.
Amén
¡¡¡¡¡¡Feliz Nochebuena a todos!!!!
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