Como trabajadora humanitaria me es
imposible no recordar las olas gigantescas que hace 10 años azotaron
millones de personas en Indonesia y otros países vecinos. Este desastre
ha sido el tercero más grande de la historia; su magnitud y nivel de
afectación no tiene precedentes. Y en su momento, requirió organizar un
modelo de trabajo humanitario diferente a lo habitual.
Aquella crisis del 2004 marcó un antes y un después en la ayuda
humanitaria porque llevó al sistema humanitario a una reflexión profunda
acerca de su modelo. Se vio claramente que cuando los fondos llegan a
tiempo y en cantidad suficiente el impacto es mayor puesto que permite
salvar más vidas y también restituir la dignidad a las personas
afectadas para que puedan reconstruir sus vidas a pesar de la desgracia.
Por Bárbara Mineo
actual Directora Humanitaria de Oxfam Intermón
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