Nos ha llegado la noticia de imprevisto. En la reunión del clero del 4
de noviembre, monseñor José Luis Escobar dijo que, en su estancia en
Roma, el papa Francisco le comunicó que monseñor Óscar Romero será
beatificado el año entrante. El arzobispo no dio detalles sobre la fecha
y el lugar. Pero la noticia ya ha llenado de alegría.
Los dos papas anteriores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, hablaron de
ello, pero no con mucha convicción y decisión. Y se notaba el temor de
incomodar a los poderosos: “Todavía no es el tiempo oportuno”. El
lenguaje del Vaticano era ambiguo y poco entusiasmante.
Todo ha cambiado con el papa Francisco. Hace un año dijo que la causa
de monseñor estaba estancada, pero que sin duda avanzaría. Más que
estancada pienso que estaba bloqueada por muchos intereses que nada
tienen que ver con Jesús de Nazaret.
Por Jon Sobrino
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