03 marzo 2014

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 221

Carta nº  221    Noviembre 1901
“Seamos santas, hija mía, y después de esta vida seremos dichosas por toda la eternidad”

            Ser santo es ser feliz o dichoso también en esta vida. Solo basta con mirar la alegría, la sonrisa y la vida de tantos hombres y mujeres a los que llamamos santos y tantos a los que todavía no llamamos santos pero lo son. Hay un factor común que los caracteriza: su vida es para los demás, su felicidad es completa cuando los demás son un poco más felices.

            Ser santo es posible. Y además no produce estrés. Se llena uno de confianza al estilo de la que nos contó Mateo ayer en su capítulo 6. Se trata de crecer y sentir confiado, de agradecer y de disfrutar de la felicidad que proporciona esa forma de vivir.
                                                                                              
            ¿Y cuándo me falta la fe? ¿Y cuándo dudo?  La respuesta en “buscad el Reino de Dios y su justicia”. Es un ejercicio de acercamiento a Dios. Porque Él siempre ofrece salidas.

           Ser santo es un camino que tiene una etapa nueva en la otra vida. Hoy nombramos a la M. Cándida como Santa Cándida Mª de Jesús y eso nos dice que su vida fue al agrado de Dios y nos invita a que la nuestra sea como la suya, o por lo menos las actitudes sean como las suyas aunque se den en épocas y entornos distintos. Una característica de los santos es su universalidad. Su vida sirve para todos y da igual que sea de clausura o de plena acción.

            Vuelvo al evangelio porque es una de esas lecturas que te dejan tranquilo por el futuro. “no os agobiéis por el mañana” “a cada día le bastan sus disgustos”. Si esto es así… ¿qué hago a veces? ¿Qué me falta para creérmelo de verdad?

            Yo creo en la vida eterna, en la dicha que allí podremos experimentar. No me preocupa cómo será. Creo y confío.

            Y en las puertas del miércoles de ceniza descubro una nueva oportunidad para iniciar una conversión que vaya cribando todo lo que todavía me falta, y así poder celebrar la alegría al final de estos cuarenta días.


            ¡¡¡Feliz Cuaresma!!!

No hay comentarios: