22 febrero 2013

El señor es mi pastor, nada me puede faltar.



Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6. 

El señor es mi pastor, 
nada me puede faltar. 
El me hace descansar en verdes praderas, 
me conduce a las aguas tranquilas 
y repara mis fuerzas; 
me guía por el recto sendero, 
por amor de su Nombre. 


Aunque cruce por oscuras quebradas, 
no temeré ningún mal, 
porque tú estás conmigo: 
tu vara y tu bastón me infunden confianza. 

Tú preparas ante mí una mesa, 
frente a mis enemigos; 
unges con óleo mi cabeza 
y mi copa rebosa. 

Tu bondad y tu gracia me acompañan 
a lo largo de mi vida; 
y habitaré en la Casa del Señor, 
por muy largo tiempo. 

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