18 noviembre 2012

Fe al rojo vivo


La muerte de Belén Langdon en Madrid Arena podría degenerar en tragedia pero sus padres no lo ven así, dada la serenidad ante pérdida de su quinta hija, la penúltima de seis hermanos. "Descansará para siempre, como Dios ha querido", dice su padre Nicolás Langdon.

La muerte de Belén Langdon en Madrid Arena podría degenerar en tragedia pero sus padres no lo ven así, dada la serenidad ante pérdida de su quinta hija, la penúltima de seis hermanos. "Descansará para siempre, como Dios ha querido", dice su padre Nicolás Langdon. Y su madre agradece a los amigos "Vuestras oraciones nos dan fuerza y nos están ayudando mucho". Sus compañeras del colegio repiten que "Ahora sólo podemos rezar por ella y recodar cómo era: lo mejor de lo mejor". Tenemos así bien hiladas tres manifestaciones de fe, que impiden al dolor degenerar en tragedia. Al comienzo del Año de la Fe y al terminar el Sínodo en el que Benedicto XVI exhorta a dar razón de nuestra fe testimoniando la alegría de creer en Jesucristo, el ejemplo de la familia Langdon muestra que esa fe no está sólo en los documentos magisteriales sino principalmente en la cabeza y el corazón de los católicos.

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