
En un clima fraterno de alegría y júbilo nos reunimos para celebrar en el Señor: educadores, laicos, padres de familia, amigos y alumnos el centenario de la muerte de nuestra querida Santa Cándida y la trayectoria de las primeras Hijas de Jesús en América, una semilla sembrada por la Madre y con la gracia del Espíritu fue abriendo camino y encarnándose en la realidad.
Tuvimos una preciosa eucaristía celebrada por un ex alumno P. Javier Ríos (salesiano). Hoy toda esta vida entregada es motivo de acción de Gracias, “El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres”.
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