Los polémicos centros de internamiento de extranjeros (CIE), donde los sin papeles
son recluidos hasta que se tramita su expulsión, mantendrán su carácter
policial. A pesar de que el ministro del Interior, Jorge Fernández,
prometió incorporar nuevas fórmulas de gestión para que los agentes se
limitaran a desarrollar labores de seguridad, el director de estas
instalaciones seguirá siendo, como hasta ahora, un policía.
Se creará, eso sí, una Comisión Mixta de Evaluación y
Seguimiento, constituida a partes iguales por policías y por
representantes de organismos sanitarios y asistenciales, que tendrá como
misión evaluar, supervisar y controlar el funcionamiento de los
diferentes centros.
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