Mi primito Paco perdió su agenda escolar hace unos días en la consulta de oftalmología del Puerta de Hierro, en Madrid. Estaba haciendo los deberes mientras esperaba con su madre, y al recoger los libros, la olvidó. Alguien, de forma anónima, la ha devuelto hoy por correo postal, con esta nota.
Que bien que haya gente tan elegante, tan amable, y que haga estas cosas a cambio de nada, escribiendo con ese cariño a un niño totalmente desconocido.

No hay comentarios:
Publicar un comentario