14 febrero 2012

ARTÍCULO de JUAN MANUEL de PRADA rectificando su valoración sobre los religiosos

Hace un par de semanas, publiqué en ABC un artículo en el que, haciéndome eco del caso de un religioso que participaba en el célebre concurso televisivo Gran Hermano, lanzaba una diatriba contra el virus de la secularización infiltrado en el seno de órdenes y congregaciones religiosas. Aquel artículo mío provocó muchas reacciones, a favor y en contra, como me ha ocurrido en otras ocasiones; y, como en otras ocasiones, yo habría despachado tales reacciones favorables o adversas a beneficio de inventario si entre las segundas no se hubiese contado una de un tal José María Salaverri, religioso marianista, a quien había leído tiempo atrás unas consideraciones sobre Tintín, el personaje de Hergé, que captaron mi atención. En su respuesta a mi artículo, el padre Salaverri me afeaba que del caso de un religioso extraviado o confundido yo extrajese consecuencias generales que le parecían injustas y que echaban tierra sobre la «mucha santidad escondida y mucha entrega callada» que hay entre los religiosos.
Por Juan Manuel de Prada

No hay comentarios: