Hemos encontrado el Mesías. Juan 1, 40
Un hombre puede pasar la mitad de su vida buscando algo. No es tiempo perdido, pero requiere paciencia. Yo, por mi parte, sé que son muchas las horas gastadas tratando de encontrar las llaves, el cuaderno o el otro calcetín. Y si uno es así de obsesivo, sobre las cosas insignificantes, ¿cuánto más, si se trata de los senderos fundamentales?
Una vez, en mis caminatas por el bosque, erré de camino, y me di cuenta una hora después que estaba perdido en el bosque oscuro del error. Y, si da miedo andar perdido en el bosque por una hora, ¿cuánto más, perderse por años en la vida? Gracias a Dios, ni el tiempo perdido es tiempo malgastado. El hombre crece y aprende, sobre todo, en la quebrada oscura.
Quiera o no, todos vivimos en búsqueda. Sepa o no, cada uno añora un sentido, una razón o una bandera. Más te vale buscar diligentemente, con claras intenciones de encontrar tu respuesta. Y cuando lo encuentras, conviene optar conscientemente; diciendo, aquí estoy, aquí me quedo, así me juego el pellejo, de esta manera y por este terreno. Así vivirás con una certeza de identidad y un sentimiento de pertenencia. Tendrás una camiseta y una canción.
Una vez, en mis caminatas por el bosque, erré de camino, y me di cuenta una hora después que estaba perdido en el bosque oscuro del error. Y, si da miedo andar perdido en el bosque por una hora, ¿cuánto más, perderse por años en la vida? Gracias a Dios, ni el tiempo perdido es tiempo malgastado. El hombre crece y aprende, sobre todo, en la quebrada oscura.
Quiera o no, todos vivimos en búsqueda. Sepa o no, cada uno añora un sentido, una razón o una bandera. Más te vale buscar diligentemente, con claras intenciones de encontrar tu respuesta. Y cuando lo encuentras, conviene optar conscientemente; diciendo, aquí estoy, aquí me quedo, así me juego el pellejo, de esta manera y por este terreno. Así vivirás con una certeza de identidad y un sentimiento de pertenencia. Tendrás una camiseta y una canción.
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