
Y he seguido tu rastro...
Y me has dicho: ¿te atreves?
Y te he contestado: contigo, sí.
Después has sonreído.
Yo también.
Y más tarde te he encontrado
en un ritmo incesante
en un compás continuo
en un canto constante...
No sabía a ciencia cierta
de dónde provenía...
de arriba o de abajo,
de dentro o de fuera...
pero era una música que yo conocía.
Entonces te he encontrado
en un corazón palpitando
al ritmo de otros corazones
de muchos educadores...
que, juntos, iban buscando
nuevos caminos y cruces
para que la fe y la cultura
terminen en un abrazo
y se fundan en un beso de colores.
Hoy me he encontrado contigo...
Y he seguido tu rastro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario