Me gusta pensar que llevamos la profesión de docentes escrita en nuestro ADN y que, en cierta manera, estamos predestinados a ejercerla. Es algo que va más allá de la vocación, algo que tiene que ver con nuestro ser y nuestra manera de entender el mundo.
Sin embargo, hemos de tener claro que no es suficiente con esta tendencia hacia la enseñanza, es necesario formarse y crecer día tras día. En mi opinión, una de las formas más naturales y sencillas de hacerlo es a base de preguntas que nos permitan reflexionar y analizar nuestros pensamientos desde un punto de vista distinto.
Estoy segura de que, en más de una ocasión, habréis encajado esa duda que os ha descolocado, ha roto vuestra coraza y os ha hecho dar ese paso que necesitabais. Hoy quiero compartiros algunas de las que a mí me hacen crecer. Por supuesto, vosotros iréis encontrando las vuestras a lo largo del camino. ¿Empezamos?
¿Cuándo fue la última vez que reíste en clase?
La risa estimula nuestro cerebro y nuestro buen humor. Nos hace sentir bien: nos muestra más comunicativos, relajados y pacientes. En efecto, beneficia muchas de las cualidades básicas en la labor docente. Por supuesto, en cualquier ámbito de la vida, y la escuela no podría ser menos, es imprescindible localizar lo que nos hace sentir felices y agarrarlo con fuerza, así que… ¡a reír se ha dicho!
Descubre las otras cuatro preguntas que se hace Rocío López en Educación 3.0
1 comentario:
Ciertísimo buenas preguntas
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