Parecería que en el transporte de agua estaba todo inventado, desde
los acueductos romanos hasta la domótica más sofisticada. Pero no es
así. Todavía, una de cada seis personas en el mundo, utiliza un 25% de
su tiempo diario en acarrear cubos de 20 litros en la cabeza,
recorriendo una media de ocho kilómetros. Cualquier cosa que de forma
simple mejore este proceso en tiempo, salud o comodidad es un gran
invento que, desde mi punto de vista, se convierte en un bien para la
Humanidad.
Esto es lo que intenta conseguir Wello con su WaterWheel, la rueda que permite a cualquiera empujar agua en vez de transportarla en la cabeza en recipientes.
Por María López Escorial
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