Este es el título de un libro muy apropiado para esta semana. El
domingo 19 celebraremos el Domund que, para aquellos que fuimos niños en
los años sesenta, nos recuerda a aquellas huchas amarillas de tapa azul
con las que pedíamos hace ya más de cuarenta años ayuda para las
misiones. Por aquel entonces los misioneros eran aquellos españoles por
el mundo con los que se podía hablar en contadas ocasiones por
conferencia telefónica por Navidades.
Y, sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, los misioneros y las
misioneras, las misiones, nos siguen a veces sonando como algo muy
lejano que sólo las noticias o días señalados parecen recordarnos. No es
nada extraño porque también las noticias de muchos países, incluso
países enteros, permanecen en la sombra en nuestro imaginario.
Por Aurora Pimentel
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