
Con la «Memoria Anual de Actividades de la Iglesia en España en 2010» en sus manos, explicó cómo la comunidad católica asiste en sus necesidades básicas a más de 4,1 millones de personas, una cifra que no ha dejado de crecer y que en un solo año se ha incrementado en un 14,23%. En su repaso a esta entrega no se olvidó de enumerar cada una de las tareas de la Iglesia, desde la actividad pastoral –con 349.820 bautizos y 5 millones de eucaristías– a los 1,4 millones de alumnos que se forman en los centros católicos, que suponen un ahorro al Estado de 4.396 millones de euros.
«La realidad española no se puede concebir sin esta fotografía», explicaba Giménez Barriocanal, que tuvo palabras de agradecimiento tanto para el clero como para los miles de misioneros y voluntarios que «no nacen por generación espontánea sino del encuentro con Cristo. Y es que, cada vez que un sacerdote confiesa o da una catequesis está poniendo las bases de la labor social de la Iglesia. Por eso no podemos decir que seamos una ONG al uso, al margen del trabajo extraordinario que realizan».
Entre los aspectos en los que se detiene este informe elaborado por la Conferencia Episcopal se encuentra el patrimonio cultural. Según recoge la memoria, 500 municipios españoles tienen como único Bien de Interés Cultural un edificio de la Iglesia. «Lejos de ser una fuente de financiación, supone un esfuerzo su custodia y mantenimiento», apuntó Giménez Barriocanal que reconoció, amén de la Jornada Mundial de la Juventud y del Año Santo Compostelano, el tirón turístico que este patrimonio tiene. Sólo un ejemplo: en 2010, un total de 9,6 millones de viajeros asistieron a algún acontecimiento religioso celebrado en nuestro país.
Sin privilegios
Por eso, una vez más recalcó que la Iglesia, «en materia fiscal, tiene el mismo régimen que el resto de entidades no lucrativas. Además el porcentaje de excención del IBI en el caso de Madrid no supera el 5% de todos los edificios exentos del pago de este impuesto. Si aun así, tenemos la imagen de que recibimos privilegios hay que corregirlo». De hecho, la financiación de la Iglesia está únicamente en manos de las donaciones de los feligreses y de los españoles que deciden respaldarla a través de su declaración de la renta. Unos apoyos, que van a más, pues aunque en 2010 se presentaron 32.605 declaraciones menos, a favor de la Iglesia hubo 194.685 más que el año anterior. Sin embargo, la crisis hizo que se recaudaran 1,3 millones de euros menos por esta vía.
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