El héroe moderno, el individuo moderno que se atreva a buscar la llamada y a buscar la mansión de esa presencia con quien ha de conciliarse todo nuestro destino, no puede y no debe esperar a que su comunidad renuncie a su lastre de orgullo, de temores, de avaricia racionalizada y de malentendidos santificados. “Vive –dice Nietzsche- como si el día hubiera llegado”. No es la sociedad la que habrá de guiar y salvar al héroe creador, sino todo lo contrario. Y así cada uno de nosotros comparte la prueba suprema –lleva la cruz del redentor-; no en los brillantes momentos de las grandes victorias de su tribu, sino en los silencios de su desesperación personal.
Joseph Campbell. El Héroe de las Mil caras.
31 agosto 2011
Palabras en la arena
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