Delfín era un empresario de la construcción arruinado tras la crisis del ladrillo. Mayor de 50 años, acabó mendigando para dar de comer a sus hijos. Nadie le dio una oportunidad hasta que llegó a Cáritas Salamanca, institución que le contrató en su empresa de inserción social como jardinero.
Cáritas diocesanas tienen el afán de mostrar que se puede crear empleo recuperando la dimensión ética de la economía. Conoce la historia de Delfín y la labor de Cáritas en Alfa y Omega
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