Como cada año, el mes de octubre es el mes
“Misionero” . Este año tiene un tinte especial, porque con el trasfondo del
deseo del Papa Francisco de vivir el año de la Misericordia, la Iglesia ha
iniciado su andadura misionera y ha extendido por todos los lugares del mundo
lo que significa ser “Misioneros de la Misericordia”.
Nosotras, las Hijas de Jesús de Málaga, desde
nuestra realidad y posibilidades, participamos en algunas de las actividades
pastorales que el Colegio de Gamarra
prepara para alumnos, profesores y padres.
El sábado 17 de octubre FASFI organiza la comida solidaria, como
otros años en una granja escuela, donde voluntarios, amigos, familias e Hijas
de Jesús compartimos un día de convivencia y de solidaridad. Un grupo
considerable nos reunimos y eso a pesar de que el tiempo no ayudó demasiado, ya
que estaba nublado y con posibilidad de lluvia.
Toda la semana del 19 al 24 el Colegio organizó diferentes actividades… oración, reflexión, el “pasaje del terror” ( que tanto le gusta a los alumnos…¡ )
Como final de una semana dinámica y
creativa, en las pistas de deporte del Colegio montaron, como otros años, el MERCADILLO SOLIDARIO”.
En diferentes momentos y por grupos, también
las hermanas de la casa Enfermería, las que pudieron, se acercaban a los
“puestecillos”, donde había un sinfín de cosas que días anteriores iban aportando para este fin, las familias , los
alumnos y profesores…, El objetivo recopilar ayuda económica para las Misisones.
El ambiente era bueno, lleno de vida y
colorido, caras pintadas, juegos, pulseras… y hasta bizcochos hechos por las
madres de los alumnos para colaborar a tan buen fin.
Parece que resonaba de nuevo aquella bonita
y conocida frase de nuestra Santa Cándida Mª de Jesús. “Al fin del mundo iría
yo en busca de almas…”, nos sentimos misioneras y este año más aún si cabe porque
el lema nos invita a ser Misioneras de la Misericordia, allí donde nos movemos
y vivimos.
Esperamos que esta semilla sembrada a
tiempo y a destiempo de buen fruto y surjan vocaciones misioneras, porque la
mies es mucha y los obreros pocos.
Desde estas líneas agradecemos la
colaboración de todos los estamentos de la comunidad educativa, sin vosotros,
padres, profesores, alumnos, voluntarios y catequistas no sería posible la
ayuda económica que necesita nuestra Iglesia Misionera, además de el poder despertar
en los niños y jóvenes el sentido misironero.
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