Esta tarde un nutrido grupo de Hijas de Jesús hemos participado en la ordenación sacerdotal de Mikel Aranguren, antiguo alumno del colegio de Azpeitia, integrante del grupo de laicos y amigo de la familia de las Hijas de Jesús.
Ha sido una celebración larga pero llena de emoción. Toda la familia de la Madre Cándida estamos de enhorabuena porque entre los servidores de Dios hay un sacerdote que tiene a la madre Cándida en su corazón. El ejemplo de San Ignacio y de la madre Cándida han acompañando en su vocación a este joven azpeitiarra.
Dos momentos han tenido una relevancia especial. Uno ha sido cuando sus padres le han ayudado a revestirse con la casulla de sacerdote. El otro, cuando en la acción de gracias ha recitado la oración de San Ignacio, "Tomad, Señor y recibir..." en euskera y castellano con la música de la misión y dando gracias, entre otros, a las Hijas de Jesús.
Damos gracias a Dios por su generosidad, su sencillez, su cercanía y rezamos por él para que viva desde el servicio su vocación de sacerdote; que haga vida las palabras que tantas veces ha rezado: "En todo amar y servir".
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