Padre bueno,
enséñanos a buscarte
en todos los caminos,
ayúdanos a ponernos en marcha,
a salir a la intemperie.
Acompaña nuestros pasos,
ilumina nuestras noches,
colma nuestra sed.
Tú sigues presente,
amando este mundo hermoso
pero golpeado.
Volvemos la vista a ti, Señor Jesús
para conocerte más,
para amarte más
para seguirte más
para aprender, contigo,
a responder a la llamada
que resuena en cada ser humano.
Lo hacemos juntos,
como Iglesia fraterna y plural,
iluminados por tu Espíritu.
Que Él alimente, en nuestro corazón
un fuego llamado a encender la tierra
con pasión y evangelio.
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