08 junio 2015

La expulsión exprés de Abdul “es un acto completamente amoral”

Dos agentes de Policía llegan a tu puesto trabajo. Te piden que les acompañes a comisaría. En solo 48 horas, la vida que has construido con mucho esfuerzo durante 20 años se ha esfumado. Estás de vuelta en tu país de origen. Sin posibilidad de despedirte de tu mujer, ni de tu hija. Ni siquiera de coger el pasaporte, ni de hablar con un abogado. Esta situación la ha sufrido recientemente un ciudadano de Zaragoza, Abdul, que no ha podido evitar ser expulsado de España,  pese a alegar arraigo -tener familia y un trabajo-, por sus antecedentes penales.
“Todavía no nos creemos el trato tan inhumano que ha recibido Abdul”, explica Mari Carmen Ferrero, miembro de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que regenta una empresa de inserción laboral dedicada a la venta de artículos y ropa para niños, en la que trabajaba este hombre de origen marroquí de 39 años. Según explica la religiosa, que lleva varios años acompañando a Abdul desde que lo conoció en el centro penitenciario de Zuera, nunca se imaginaron “que finalmente fuera deportado y menos aún que no les avisarían de la fecha”.
Por Irene Alconchel

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