03 junio 2015

El santo, los pobres y el JetLag

Recuerdo la primera vez que entré en la catedral de San Salvador. A priori no me impresionó demasiado, es bonita sí, pero viniendo de Europa donde se encuentran las catedrales más impresionantes del mundo, la de “El Salvador del mundo” resultaba interesante sin más. “Tenemos que bajar a ver la cripta donde está la tumba de Monseñor Romero.” “¿Y ése quién es” “¿No conoces a Romero? Es un arzobispo que fue asesinado por el gobierno en los años 80.” Me impresiono la tumba de Romero. Es grande 2,5m x 1,8m en bronce, con un busto de Romero. Había bastante gente visitando la cripta. Tenía un punto emocionante.
Han pasado dos años desde aquella visita durante los cuales he ido recuperando información de Monseñor Romero, de aquí y de allá. Me fascina este sacerdote que dio literalmente su vida por ayudar a los más desfavorecidos.
Por Lucila Rodríguez-Alarcón

No hay comentarios: