09 junio 2015

De la ESTÉTICA a la ÉTICA de la SOLIDARIDAD

Leo en la página de una agenda con citas una atribuida a Thomas Carlyle que transmite un pensamiento que me ha hecho reflexionar y que, desde luego, comparto: “De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos”. Y sin duda en estos tiempos en los que la crisis económica y sus términos derivados inspiran tantos titulares de prensa y, lo que es peor, ahoga las economías domésticas afectando a millones de personas, no cabe lamentos, precisamente porque supone una pérdida de energías en un tiempo en el que se deben unir fuerzas para evitar que la nave de la sociedad naufrague de modo irremediable.
La crisis económica puede ser abordada desde diversas ópticas pero sin olvidarnos de que es la consecuencia de un sistema económico injusto que genera graves desigualdades sociales hasta llegar a esta especie de “crack” que se veía venir. El ser humano es un “animal ético” y no sólo estético, es decir, no podemos sustentar la vida en aspectos puramente externos, de pura apariencia, porque el ser humano es mucho más que una mera fachada, de ahí que sea urgente articular una nueva forma de entender las relaciones humanas, ya no desde la competitividad frenética y desalmada, y menos aún desde el ánimo de lucro sin límites, sino desde la vertiente más puramente humanitaria, porque, queramos o no, navegamos juntos, y no estamos para desperdiciar fuerzas.
Por Paco Castro Miramontes OFM

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