No falta comida. El mundo produce la suficiente comida para alimentar
más de la población mundial. No falta riqueza. Hay suficiente riqueza
para que todos vivamos bien.
Falta justicia, falta robar menos y amar más.
Falta combatir la desigualdad.
Aproximadamente 6,6 millones de niños menores de cinco años mueren cada año,
la mayoría por causas prevenibles, lo que significa que su derecho
fundamental a sobrevivir y desarrollarse no se hizo efectivo. O lo que
es lo mismo, cada cuatro segundos muere un niño menor de cinco años.
Las cifras cuentan historias sobre las circunstancias en que los
niños nacen, son atendidos, crecen, aprenden, trabajan y se relacionan
con los demás, al igual que las maneras en que se abren paso en el
mundo.
Se considera que la mayoría de los países carece de datos válidos,
confiables, pertinentes, oportunos y comparables, que permitan describir
la totalidad de los aspectos en juego. Las cifras engañan, no nos dicen
toda la verdad. A los ojos de la estadística, el niño no registrado no existe. Faltan demasiados datos, son precisos más registros a nivel mundial, estamos analizando tan solo la punta del iceberg.
Por Iñaki Alegría
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