Hace cinco años España se encontraba en lo más hondo de una profunda
crisis. Desahucios, desempleo, pobreza... llenaban los titulares de
todos los medios de comunicación. La sangría del paro afectaba a toda la
población, jóvenes, hombres preparados y mujeres con años de
experiencia laboral. Nadie escapaba a un tasa de paro que cerró 2010 en el 20,33%.
Tal era la situación que la mayor preocupación de los españoles,
según el barómetro del CIS, era quedarse en paro. No había tiempo para
preocuparse por la calidad del empleo, ni por los sueldos, ni por las
condiciones. Lo único que importaba era encontrar un trabajo con el que poder labrarse un futuro, en el caso de los más jóvenes, y con el que poder mantener a la familia, para el resto.
De hecho, el número de hogares con todos sus miembros en paro se situó en 2010 en más de cinco millones. Los años siguientes no serían mejores y las personas que representaron gráficas, cifras y tasas iban aumentando.
EL MUNDO ha buscado a los parados que entrevistó hace cinco años
coincidiendo con los momentos más duros de la crisis económica en España
para que cuenten si la recuperación de la que presume Mariano Rajoy ha llegado a sus vidas.
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