22 abril 2015

TRES PORTADAS

El Mundo da la palabra al asesino. Es la táctica habitual de la prensa sensacionalista. Ante un hecho así, siempre resulta más impactante centrarse en el autor del crimen y convertirlo en protagonista.

El Periódico prefiere confiar en las palabras del profesor que impidió que el menor de 13 años atacara a nadie más. Lo hace porque sirve para poner la noticia, por terrible que sea, en el contexto adecuado, al menos hasta que se conozcan más datos.

El País se lleva al premio del mayor despiste o quizá ignorancia. No hay aparentemente intención sensacionalista, pero el titular tiene como resultado crear más alarma. Un crimen es un hecho aislado por definición (sería distinto si ocurriera una vez al mes), pero alguien cree que lo ocurrido en Barcelona “eleva a un nivel insólito” un problema que no existe, al menos a este nivel de gravedad. Los colegios españoles no son un lugar en que los alumnos acuchillen habitualmente a profesores. El acoso, los casos de agresiones que sí se dan, con ser preocupantes, no alcanzan el nivel de lo ocurrido en Barcelona.
Por Íñigo Sáenz de Ugarte

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