11 abril 2015

Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger: «La verdad, me siento más respetado en Marruecos que en la Península»

El desconocimiento lleva a identificar islam y yihadismo, lamenta Santiago Agrelo Martínez (Rianxo, 1942). El arzobispo de Tánger ofreció una charla en el colegio Franciscanos, de A Coruña, titulada Iglesia: una buena noticia para los pobres. Fue organizada por la parroquia de San Francisco y el grupo Boanoite y versó «sobre la necesidad de una mirada compasiva hacia los demás, sin prejuicios».
-Hablando de prejuicios, ¿cree que existe una simplificación en nuestra sociedad que equipara musulmán a terrorista?
-Así es, y es lamentable. He protestado -y no me importa decir esto aunque sea para publicar- por programas de alguna cadena de la Iglesia manifiestamente antimusulmanes, islamófobos de principio a fin. Y eso no es aceptable.
-¿Por qué tal simplificación?
-Por un fuerte desconocimiento, doloroso y penoso. Si viviese aquí y no conociese la realidad de Marruecos, es posible que pensase igual. Pero cuando tratas a las personas, se te caen la mayoría de los prejuicios. Hay gente normalísima y acogedora. Y la verdad, me siento más respetado en Marruecos que en la Península. Andar con el hábito aquí empieza a ser llamativo, y en Tánger me saludan personas que ni conozco.
-¿Qué opina de las detenciones yihadistas en Cataluña?
-El yihadismo es un peligro, sobre todo para el mundo musulmán porque ofrece una idea destructiva del islam, y no es así. Pero hay cosas de esas detenciones que me desconciertan. En política está todo como está y no me fío. Temo la manipulación, que se fomenten miedos sociales que no deberían existir.
-Le leo una frase suya: «El hambre no se contagia, pero mata a millones de personas sin que en la OMS suenen alarmas».
-Y nosotros, los que no padecemos hambre, somos responsables. La ignoramos, porque lo contrario significa renunciar a parte de nuestro exceso.
Por Alfonso Andrade
Foto de Paco Rodríguez

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