Cáritas Española, ante la trágica muerte
de 400 personas en aguas del Mediterráneo, en su huida hacia Europa,
quiere expresar una vez más, con renovada rotundidad, que no queremos ni
podemos acostumbrarnos a estos hechos.
No
aceptamos que estos dramáticos sucesos sean meras noticias que dan paso
a las siguientes. Ni que se limiten a la publicación recurrente de
imágenes anónimas, de cifras o de datos. Cada una de estas 400 personas
ahogadas –entre las que hay menores de edad, muchos de los cuales
viajaban solos-- tenían nombre, familia. Eran dueños de su propia
historia y de sus sueños. Eran seres humanos como nosotros, únicos e
irrepetibles. Como creyentes, no podemos olvidar que eran hermanos y
hermanas nuestras.
Ninguno de los
fallecidos había tomado libremente la decisión de embarcar hacia Europa.
Por su procedencia, sabemos que la mayoría huían de la guerra, de las
matanzas, de la sinrazón de los conflictos que difunden a diario, casi
como una macabra salmodia, los medios de comunicación.
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