En uno de sus últimos trabajos, el filósofo Byung-Chul Han considera que el triunfo de Facebook representa muy bien las simplificaciones culturales que se producen en la sociedad de la transparencia. A su juicio, en Facebook,
la faz (la cara) se presenta como el simple rostro en su aspecto más
inmediato, inmanente, urgente y superficial. Representa una forma de
comunicación nueva y, por tanto, una nueva forma de juzgar que se adueña progresivamente de nuestra vida cotidiana. Facebook se ha convertido en un poderoso tribunal donde los juicios se han simplificado al máximo porque solo podemos indicar si me gusta/no me gusta.
Para mostrar la simplificación de nuestra capacidad de juzgar que se
produce en el uso habitual de esta red, este filósofo describe tres dinámicas culturales importantes. En primer lugar, considera que esta red está basada en una comunicación donde prima lo aditivo y no lo narrativo, es decir, una
comunicación donde lo importante es acumular imágenes, álbumes,
acontecimientos y hechos para despertar la necesidad de ser vistos, de
mostrarnos transparentes y ser "gustados". De hecho, esta red responde a una estructura de juicio donde gustar, comentar y compartir
son tres actividades diferentes organizadas desde una lógica
acumulativa y no narrativa. La contabilización es tan importante que los
comentarios pasan a un segundo plano porque también se someten a esta
lógica de la adicción.
Por Agustín Domingo
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