02 marzo 2015

RISTO

Imagínate que la vida fuera el escenario de un concurso donde tuvieras que demostrar al jurado y al público que tienes suficiente talento como para seguir adelante, que tú realmente sí que vales. Un foco se ilumina sobre ti, solo en medio del escenario; un teatro entero, que ya ha hecho un juicio sobre tu aspecto, contemplándote, en silencio, esperando tu actuación; y la mirada de un jurado que puede interrumpir en seco tu representación si esta no le gusta... Si aun así consigues llegar hasta el final, todavía te queda aguantar los comentarios críticos del jurado, que no ha perdido ojo sobre ti... ¿pasarás adelante o no?
Por Sergio Gadea sj

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