Me alegra saber que desde una prestigiosa Universidad de Estados Unidos
se refuerza la idea que trajo al mundo un joven con barba y pelo largo
hace más de dos mil años: somos más felices si nos damos.
Michael Norton, un reconocido profesor de Harvard afirma que una vez
que el ser humano tiene sus necesidades básicas cubiertas, sólo puede
ser más feliz de una forma: dándose a los demás.
Si vemos un rato la televisión esta idea de felicidad se distorsiona. El
bombardeo de mensajes publicitarios nos puede hacer creer que conducir
un BMW por una larga carretera de montaña con un frondoso bosque a
nuestro alrededor nos hará más felices. Se nos invita constantemente a
comprar experiencias que nos alegrarán la vida. Un claro ejemplo son las
cajas de regalo Smartbox: nos venden romanticismo, emociones,
adrenalina… Parece que al comprar esa caja nuestra vida va a recobrar
sentido, nuestra relación de pareja va a convertirse en un cuento
maravilloso. La lógica consumista ha llegado hasta el límite de
vendernos experiencias que nos descubrirán dónde está la felicidad y
cómo podemos encontrarla.
Por Álvaro Galera
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