«La reforma de la Curia no es un fin en sí misma, sino un medio para
dar un testimonio cristiano fuerte, favorecer una evangelización más
eficaz» y «alentar» el espíritu ecuménico y el diálogo con todos. Lo
dijo Papa Francisco al saludar a los cardenales reunidos en el Aula del
Sínodo para el consistorio extraordinario, que culminará el próximo
sábado con la creación de veinte nuevos cardenales, que también están
participando en la discusión.
Francisco fue uno de los llegar al aula cuando estaba casi vacía, y
saludó uno por uno a todos los cardenales que iban llegando. De los 227
purpurados que integran el colegio (incluidos los veinte que recibirán
el birrete rojo el sábado), 25 indicaron que no habrían podido
participar. Esta mañana había 160 cardenales presentes.
Por Andrea Tornielli
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