18 febrero 2015

Esther Sanz, novicia de 1er año: "En el fondo de mi vida sentía un hueco que no se acababa de llenar"

Y ahora lo está llenando. Es el Señor. Nos conoció en Lleida, su ciudad. Era médico de familia y hoy se encuentran en Códoba Argentina en su primer año de Noviciado. Es Esther Sanz. Notiandina nos da la oportunida de conocerla un poco más.

- ¿Qué te atrajo para seguir a Jesús, aprendiendo a ser Hija de Jesús?
Lo primero que me impresionó cuando conocí a las Hijas de Jesús fue su alegría profunda y sencilla; y a la vez, su compromiso social en mi ciudad (trabajo con inmigrantes, pisos de acogida, clases de español, acompañamientos en el mundo de drogodependencias…) Las sentía como “normales”, viviendo una vida con sentido, y rompían el prejuicio que yo tenía de lo que era la vida religiosa. Eran mujeres formadas, críticas con el mundo, la realidad y la Iglesia, pero desde dentro, desde el cariño y el sentirse parte… Recuerdo que pensé: “ellas tienen algo que yo no tengo…”

- ¿Qué experiencia significativa en tu vida, te habla de que Dios quiere de ti una consagración en la vida religiosa?
En mi caso no ha sido una sola experiencia, sino un camino que se ha ido dando en los últimos años, a raíz de un acompañamiento con un sacerdote diocesano, amigo de toda la vida. Sería largo de explicar (soy de procesos lentos), pero puede resumirse en que yo tenía la vida que siempre había soñado y luchado por tener: Mi familia, un trabajo de médico que me encantaba, vivienda, coche, amigos, voluntariados… Tenía todo, y estaba contenta, pero en el fondo, sentía un hueco que no se acababa de llenar, una especie de “¿esto es todo lo que hay que esperar?”.
En este camino, la providencia quiso que se dieran las personas, las circunstancias, las disposiciones para que pudiera conocer a la Congregación, y en un momento dado, sentir esa certeza en mi interior que no sé describir: alegría, paz, entusiasmo, deseo… como cuando escuchas de lejos una canción que no acabas de identificar pero que te atrae y sabes que la conoces…
Creo que lo que me hizo darme cuenta de que lo que sentía venía de Dios, fue que en medio de todo esto, no tuve miedo.

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