22 febrero 2015

El RICO EPULÓN y el POBRE ENERGÉTICO

Todos los días, desde la ventana de mi casa, puedo ver el espectáculo impresionante de las que yo llamo “las torres del pelotazo”, en el paseo de la Castellana de Madrid, con sus alturas de hasta 250 metros destacando sobre el vecino barrio de Ventilla. Y me fijo, casi todas las mañanas y tardes, en la primera de las cuatro.
Esta torre, diseñada por Norman Foster, fue comprada en 2007, todavía en obras, a Repsol por Bankia, con el propósito de trasladar allí su sede central desde una de las torres inclinadas de la cercana Plaza de Castilla. La llegada de la crisis inmobiliaria y el desplome financiero de la entidad con su reguero de escándalos por las estafas a sus clientes “preferentes”, hicieron que la directiva de Bankia reconsiderara la decisión de mirar aún más desde arriba a los ciudadanos madrileños. Desde entonces la torre ha estado prácticamente vacía, hasta que en otoño pasado Bankia la ha alquilado a Cepsa, una compañía petrolera que, a pesar de su acróstico -Compañía Española de Petróleos Sociedad Anónima- desde 2011 pertenece íntegramente al emirato de Abu Dhabi.
Digo que muchas mañanas y tardes me fijo en esta torre porque se ven todas sus plantas iluminadas, cuando la mayoría de ellas están visiblemente vacías. Incluso cuando ya ha amanecido y hay suficiente luz ambiental, las plantas de la torre siguen iluminando unas oficinas aparentemente vacías.
Por José Eizaguirre

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