Nico Montero aparece en el hall del instituto que dirige en Cádiz. Viste moderno: vaqueros y jersey de tonos grises que acompaña con una chupa de cuero marrón, como si tuviera que cultivar su vestimenta de cantautor.
Desde hace un mes a este profesor de Filosofía no se le borra la
sonrisa del rostro, cuando conoció que la Conferencia Episcopal le había
concedido el Premio ¡Bravo! 2014 en la categoría musical por su trayectoria como compositor y cantante. También, como él dice, "por ayudar a difundir el mensaje de Dios" en cada una de sus letras.
"Cuando me llamaron desde Madrid me sorprendió mucho.
Nunca pensé que se fijaran en mí para darme ese galardón", cuenta en la
mañana de este viernes desde su despacho en el instituto Fernando
Aguilar de la capital gaditana, ciudad a la que llegó junto a sus padres hace tres décadas.
El ¡Bravo!, -salvando las distancias, el Operación Triunfo de la
Iglesia Católica en España- es un premio que la Conferencia Episcopal
empezó a conceder en 2004. Existen nueve categorías y en años anteriores
obtuvieron el mismo galardón que ahora Nico Montero el Orfeón Donostiarra o la cantante de ópera Montserrat Caballé.
"Para mí es un lujo figurar en un listado de nombres tan importantes
-subraya-. Aunque yo siempre he ido a la mía y no le he prestado mucha
atención a estas cosas".
Por Andros Lozano
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