El Whatsapp se ha convertido en una
herramienta de comunicación imprescindible. Según el Global Web Index,
en España asciende aceleradamente el número de usuarios, ocupamos ya el
sexto lugar en el mundo. Cada vez son menos los grupos de amigos o
familiares que usan el tradicional mensaje corto de telefonía (SMS) y
prefieren la rapidez, inmediatez y facilidad del whatsapp. No todo son ventajas en el uso acelerado de esta aplicación comunicativa, algunas investigaciones señalan que están surgiendo nuevas patologías generadas por su uso adictivo y obsesivo.
Una de las adicciones que ya está tipificada recibe el nombre de Apnea de Whatsapp,
definida como la ansiedad que genera en el cerebro del usuario la
consulta compulsiva de mensajes. Entre los usuarios de esta herramienta
se genera tal dependencia a la recepción y envío de mensajes que su
carencia genera un estado de alteración psicológica que provoca
ansiedad. Una mañana, una tarde o incluso un día completo sin whatsapp
incrementa los nervios y genera un estado de inestabilidad o inseguridad
emocional. El grado de dependencia y adicción puede originar tal ansiedad que cuando no hay comunicación se genera desánimo, frustración y desmotivación.
Por Agustín Domingo Moratalla
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