23 diciembre 2014

VEN

Hasta el último día todo es adviento. Un adviento constante y eterno. Un solo grito: “Ven”. Un ven que sale desde la entraña, desde lo incompleto; desde los fracasos y las mediocridades en que uno se va instalando, sin casi darse cuenta. Un ven que planta sus bases en los anhelos más hondos, y alza el vuelo en los versos más sinceros. ¡Ven! Un grito que brota desde la impotencia ante el mal que no sabes cómo afrontar; desde el temor al desierto; desde el no estar a la altura... pero también desde el horizonte de una tierra prometida donde hay más verdad, donde el bienestar lo es para todos, donde se destierra la acritud que a tantos condena sin juicio. Una tierra donde el amor es lágrima, y júbilo, y encuentro. Es toalla ceñida y ternura en el gesto. Es… ¡Tú ven! A liberar tantos egos que andamos presos en un laberinto de espejos. A mostrarnos la puerta a la tierra de todos. Ven. Solo eso. Todo eso. Ven.
Por J.M. Rodríguez Olaizola sj

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