14 diciembre 2014

Los BROTES

Los brotes nacen porque hay semilla,
savia escondida que fluye sin ser vista,
y asoman tímidamente a la luz haciendo fuerza,
rompiendo, silenciosamente, la capa que les cubre.
Los brotes pasan desapercibidos
porque no hacen ruido, están, se presentan,
y por eso mismo pueden ser pisados, arrancados,
por desconocer dónde y cuándo aparecen.
Necesitamos anunciadores, personas que perciben y anuncian,
que creen firmemente que el brote puede crecer,
que señalan la posibilidad como buena noticia,
que cuestionan para avanzar, cuidando mucho de no romper.
Adviento es escuchar otras voces,
voces que nos abren los oídos, la mirada, el corazón,
para que podamos percibir lo nuevo en lo pequeño, incipiente,
en el futuro desdibujado, en lo diferente.
Apertura que inicialmente desestabiliza,
novedad que cuestiona el modo hasta ahora vivido,
confianza en la diversidad, en el grupo enriquecido,
posibilidad de diferentes ritmos y horizontes comunes.
Dejar que otros entren, acoger lo que aporten
porque en lo desconocido hay otras formas, otras palabras,
que piden cuidar el suelo en el que juntos crecemos
para que cada brote crezca ofreciendo lo mejor que es a todos.
Ana Zubiri, FI

El Espíritu del Señor está sobre mí... Me ha enviado para dar la buena noticia..., para vendar..., para proclamar la libertad...Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia... (Is 61, 1-2a, 10-11)
... en medio de vosotros hay uno que no conocéis... (Jn 1, 26)

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